sábado, 19 de mayo de 2007

No estoy muy católico...

In trutina mentis dubia
fluctuant contraria
Lascivus amor et pudicitia.


La sutileza tiene la cualidad de un cuchillo, se clava honda, tajante en las vísceras; con la brusquedad de los amantes.
El amor es de todo menos sutil.
Cabe recordar que el dolor tiene muchas voces y muchos ancestros, el amor es solo una de sus excusas, no hay pudor, solo tristeza. En la continua inbecilidad del sin sentido, en la continua vacilación del no saber. Del saberse estar. De la hipocondria racional que pide que cubran los inmundos, ahora cadaveres, que amó. Por esa sutil necesidad; creada, supuesta, querenciada inmanente en su diáspora, de un mundo de esencias agostado hace tiempo, fantasmagóricamente vivas en los cristales de feria por los que miramos el mundo.
Tanta ingenuidad en la indecisión, en esa oscuridad deseada en la infraestructura que trae el tiempo y la muchedumbre. Ese dolor ficcionado, cinematografía alimentada de ilusiones sin importancia, sin peso, sin epistemología salvadora quizás.
El amor es de todo menos sutil, el amor es darwinista, brutal en sus demandas, amamos al amor porque creemos que nos simboliza, que nos abandera y nos trasmite, este amor que es excusa, vientre y símbolo facturado de la tozudez de la biología. Se nos hace tan bello y pleno de significados por pura inversión, no hay belleza, solo necesidad creada, angustiosa para aquel que construido hacia adentro, sin haber adentro que mirar, mira hacia afuera con ojos desahuciados de humanismo.

3 comentarios:

Don Julito dijo...

Uyuyuuyy...como andamos

el zurdo dijo...

Sí, Fruno se lo pasó mejor en la sierra.

paca dijo...

Ando algo deprimida, perdonen la mala literatura